La celulitis, también conocida como piel de naranja, no es otra cosa que el acumulo de tejido adiposo en determinadas zonas del cuerpo que crea unos pequeños hoyuelos en la superficie de la piel, volviéndola irregular. Las partes generalmente más afectadas son piernas y nalgas, aunque también puede localizarse en el vientre y los brazos.
Los estudios más recientes indican que las hormonas, la dieta, el estilo de vida y la genética juegan un papel en la celulitis, aunque no son absolutos. Sin embargo, son distintas las razones primordiales que conducen a la aparición de la celulitis.
En primer lugar, es imprescindible apuntar que controlar la hormonas ayuda a mejorar el aspecto, ya que los cambios hormonales están relacionados con la producción de grasa. Por lo tanto, sufrir cambios de forma habitual empeora notablemente el aspecto de la celulitis.
Por otra parte, también es cierto que el deporte es un gran aliado, especialmente si se combina con una buena alimentación. La suma de estos dos factores consigue los mejores resultados contra la celulitis. Lo más recomendable es practicar deporte como mínimo 3 veces por semana y comer 5 veces al día.
Otro elemento importante –a la vez que muy sorprendente– es que llevar ropa apretada favorece su aparición. Es por este motivo que llevar pantalones pitillo a diario provoca que la celulitis aflore, ya que evita la correcta eliminación de toxinas que sobran en nuestro organismo.
Al hablar de la celulitis hay que desmentir uno de los principales mitos que la envuelven. Generalmente se dice que las mujeres menores de 25 años no tienen celulitis. Si embargo, es totalmente falso, pues no tiene relación directa con la edad. La celulitis puede comenzar su indeseada aparición desde el momento en el que nuestro cuerpo empieza a cambiar. El responsable de la salida de la piel de naranja es la subida de estrógenos que se experimenta durante la etapa de crecimiento.
Finalmente, destacar que la celulitis no desaparece, y que una vez que se establece en nuestro cuerpo solo se puede intentar que no empeore o que mejore notablemente su aspecto. Y uno de los remedios más efectivos –a parte del deporte y la alimentación– son las cremas específicas. Ahora bien, no vale cualquier crema: hay que utilizar productos de calidad que tengan demostrados sus resultados.