Así pues, para proteger a los más pequeños de la casa del cáncer de piel, lo más aconsejable es no llevarles a la playa, ya que las quemaduras solares en los niños menores de 6 meses se deben evitar por completo.
Los expertos también recomiendan que cuando se va a la playa con los niños es muy importante no estar allí todo el día y evitar el tramo de mayor incidencia solar, de 12:00 a 16:00 horas. Los especialistas, además, recomiendan ir temprano por la mañana o, de lo contrario, ir por la tarde.
Sin embargo, el sol no es la única amenaza para los más pequeños de la familia. Aunque estén protegidos de los rayos UV, el calor en sí mismo puede ser pernicioso para ellos y provocar deshidratación, lo que a largo plaza puede ser muy dañino para su piel.
En síntesis, hay que tener mucho cuidado al ir a la playa con menores, y no hay que olvidar nunca el protector solar. El factor mínimo de protección debe ser de 25 (o de 30, si tienen la piel muy blanca), y debe aplicarse cada dos horas o después de cada baño. Hay que recordar que en el caso de los bebés, cuando son menores de 6 meses, jamás deben exponerse a la luz directa del sol, porque su piel es muy delicada.
A partir de los 6 meses sí pueden exponerse al sol, pero por poco tiempo y bien protegidos, con una crema solar con factor de protección elevado y fuera de las horas centrales del día.