Por suerte ya tenemos muy asimilado el hecho indiscutible de que hay que usar protección solar para cuidarse bien la piel, pero conocer de verdad los productos para cuidarla es otra cosa. Si aún no sabes bien cómo funcionan las cremas solares, aquí podrás encontrar toda la información necesaria para usar correctamente el protector solar y cuidar tu piel no solo este verano, sino todo el año.
¿Cuándo usar las cremas solares?
El sol sale los 365 días del año. Y los 365 días del año incide sobre nuestra piel en mayor o menor grado. Entonces, ¿por qué acostumbramos solo a protegernos de él los meses de verano?
Esto puede deberse a que en estos meses la frecuencia e intensidad de la exposición al sol aumenta considerablemente. Tendemos a protegernos cuando vamos a tomar el sol durante largas horas a la playa. Pero contra la creencia popular de que sólo ésto daña nuestra piel, los rayos ultravioletas y la polución medioambiental, presentes todos los días del año en la ciudad, son los factores externos que más daño le provocan, ocasionándole arrugas, manchas o envejecimiento prematuro.
Por ello, el uso de filtros solares, si bien es imprescindible en verano que es cuando más nos exponemos al sol, debe ser constante todo el año.
¿Qué son los filtros solares y qué significa la protección de la crema solar?
La cosmética solar, como pueden ser los geles, lociones, cremas o aerosoles, hace referencia a lo mismo: sistemas de protección solar. Es decir, actúan contra los daños que el sol provoca en nuestra piel. Son fotoprotectores contra la radiación UVA y UVB que funcionan absorbiéndola, dispersándola o reflejándola.
Los filtros solares se distinguen en dos tipos: los filtros físicos o inorgánicos y los filtros químicos u orgánicos. La diferencia entre ellos es sobre como nos protegen de los rayos UVA y UVB. Unos reflejan los rayos (físicos) y los otros absorben la radiación.
Los filtros físicos tienen una protección física que imposibilita que la radiación alcance tu piel porque refleja los rayos UVA y UVB, impidiendo que éstos penetren en la piel y produzcan enrojecimiento, quemaduras, etc. Es lo que llamamos la pantalla total.
Sin embargo, los filtros químicos reducen la cantidad de rayos que dañan la piel mediante la absorción de la radiación ultravioleta.
Existen muchos tipos de filtros químicos y físicos, cada uno con sus particularidades, hay filtros que protegen de los UVA, otros solo de los UVB y otros de los dos. Los filtros son de amplio espectro y normalmente cuando hablamos del factor de protección solar de un producto determinado, el reconocible SPF (Sun Protection Factor) que buscas en tu crema, nos referimos a un índice que se consigue con utilizando la combinación de varios tipos de filtros y se centra en los rayos UVB.
Y es que si algo identifica las cremas solares es el Factor de Protección solar, que refleja la cantidad de radiación UV que hace falta para llegar a provocar quemaduras de sol en la piel con la crema protectora solar aplicada, en relación con la cantidad de radiación UV necesaria para causar la misma quemadura sin el protector solar. Es por tanto una etiqueta que nos indica la eficacia con la cual el protector solar protegerá tu piel: cuanto más alto sea el SPF, mayor protección estará ofreciendo el protector solar. Si bien el SPF solo habla de la protección de los rayos UVB, existe también el PA, que indica la protección frente a los UVA. Son diferentes y por eso tienen diferentes símbolos distintivos.
¿Cómo funciona el factor de protección solar o SFP?
El SPF o FPS es un índice que indica el tiempo que se puede exponer al sol sin riesgo de quemaduras. EL tiempo puede variar según el fototipo de piel que se tenga, las personas que tengan un fototipo de piel más bajo tardarán menos tiempo en quemarse.
Por ejemplo: Si vamos a la playa y nuestra piel consigue estar 10 minutos al sol sin sufrir quemaduras, si utilizamos un factor de protección 20 conseguiremos una protección 20 veces superior a lo que ya tenemos, aproximadamente.
La cantidad de energía que tu piel absorbe depende del tiempo, de la intensidad de la exposición (no es lo mismo tomar el sol a medio día que al atardecer, por la distancia del sol) y del tipo de piel.
Por eso, para poder elegir el factor que nos convenga debemos conocer nuestro fototipo de piel, pero también hay que tener en cuenta antecedentes de quemaduras de sol, uso de otros medicamentos, etc.
¿Cómo aplicar el protector solar facial?
Incorporándolo a tu rutina diaria, antes de salir a la calle, cuidando llegar a todas las zonas. Es vital cuidar tu piel, especialmente tu rostro, de la constante exposición al sol. Por ello, contar con una buena crema diaria de protección solar, no solo en verano, es muy importante.
Hay que puntualizar que no es lo mismo una crema solar que una crema hidratante con SFP. La crema solar es un producto específicamente creado para proteger tu piel de los efectos nocivos del sol mediante filtros UVB y UVA que evitan las quemaduras, y por tanto está específicamente formulada para usar la cantidad necesaria para protegerte. Además alcanzan niveles más altos de protección ya que suelen tener un SPF y PA mayor.
En Singuladerm contamos con dos de los mejores protectores faciales para tu uso diario: XPERTSUN Urban, y XPERTSUN Urban Color, que aporta color al tono de la piel haciéndolo más uniforme con un resultado muy natural.
Ambos son SPF 50+, con protección frente a los UVA y resistentes al agua.
El XPERTSUN™ Urban tiene una textura ultraligera con acabado sedoso que no contiene nada de aceite ni grasa, sus filtros están encapsulados optimizando la seguridad, la fotoprotección y la alta tolerancia con la piel y también contienen péptidos multifuncionales de última generación que ayudan a prevenir y revertir los efectos dañinos de la polución y de las radiaciones medioambientales, y consecuentemente, dificultan y previenen la aparición de manchas en la cara y cuello.
Los beneficios de incorporar a tu rutina facial este producto están comprobados y son muy positivos: más de un 69% de actividad antioxidante en solo 5 días, una piel un 70% más radiante y luminosa.
Pero sin duda ganas mucho más por todo lo nocivo que evitas al usarlo. Y es que el sol puede ser peligroso y, como decíamos al comienzo, por suerte ya tenemos muy asimilado el hecho indiscutible de que hay que usar protección solar para cuidarse la piel ya que usando estos productos nos protegemos frente al fotoenvejecimiento y la aparición de manchas, y prevenimos la aparición del cáncer de piel.